A los 16 años, Johann Jakob Astor dejó atrás su pueblo natal de Walldorf, cerca de Heidelberg. Su padre, de profesión carnicero, no ganaba suficiente para mantener a todos los hijos surgidos de dos matrimonios. Johann Jakob trabajó primero en Londres en la empresa de sus hermano Georg Peter, que fabricaba instrumentos de viento de madera y pianos. El dinero que ahorró lo usó para emigrar a América. El 24 de marzo de 1784 llegó a Nueva York, donde ya vivía su hermano Heinrich, de profesión carnicero.
Johann Jakob aprovechó lo aprendido en Londres y fundó una empresa para comerciar con instrumentos musicales, a través de la que importaba instrumentos de su hermano de Londres a Nueva York. De este modo pudo asegurar su existencia como joven inmigrante. En 1785 empezó a comerciar con pieles, acumulando así una fortuna con la que compró varias parcelas y casas en Manhattan, que se dedicó luego a alquilar. Parecía estar jugando al Monopoly, y se le daba bien. Cuando murió en 1848 a los 74 años era el hombre más rico de América y dejó un legado de 20 millones de dólares.
Como cualquier jugador de Monopoly, su bisnieto William Waldorf Astor (en EE.UU. se americanizó su nombre quitándole una L) ya sabía que con los hoteles se gana más dinero que con casas de alquiler. En 1893 inauguró en la esquina de la 5ª. Avenida con la 33ª. el “Hotel Waldorf”, un hotel de 13 plantas. En 1897 le siguió su primo John Jacob Astor IV con un hotel anexo y con cuatro plantas más, el “Hotel Astoria”. Después de unirlos, el “Waldorf Astoria” fue en su época en hotel más grande, más alto y el mejor del mundo.
El suizo Oscar Tschirky se incorporó a la plantilla del “Hotel Waldorf” como jefe de cocina en 1894. Tschirky había trabajado antes como botones, camarero y azafato de cruceros, además de en el “Demonico”, el restaurante más elegante de Nueva York. Las malas lenguas afirmaban que lo más difícil que había preparado Tschirky en su vida habían sido huevos revueltos. Tschirky no se autodenominaba jefe de cocina, sino Maître d´Hôtel y está considerado como el creador de la ensalada Waldorf, un hecho que se constata en su libro publicado en 1896 “The Cookbook by Oscar of the Waldorf V2”.
La receta realmente es muy sencilla: Se pelan cabezas de apio crudo y manzanas agrias y luego se cortan en tiritas, se cubren con una mezcla de nata y mahonesa para finalmente espolvorearlo con nueces picadas. Listo. La creación de Oscar Tschirkys fue recibida con entusiasmo en el glamouroso entorno del Grand Hotel y hoy en día es una receta clásica de ensalada para fiestas.
En el transcurso de estos 100 años se han ido creando innumerables variantes, con carne de ave y jamón cocido; con uvas despipadas y pasas; con apio y avellana rallada, yogur, fresas, tiras de parmesano y aceite de trufa blanca o puré.
Oscar Tschirky fue un hombre muy solicitado mientras vivió, organizando además muchos banquetes y fiestas para presidentes y reyes. Pero cuando le ofrecieron el puesto de director del “Waldorf Astoria”, rechazó la oferta expresando su agradecimiento. Y es que quería seguir siendo lo que era y disfrutaba de un salario alto, incluso para lo acostumbrado entonces en Nueva York.
En 1928, el “Waldorf Astoria” en la 5ª. Avenida se vendió por 20 millones de dólares, después de que, transcurrido poco más de 100 años, un hijo del emigrante Johann Jakob Astor hubiera comprado allí una parcela y una casa por 20.000 dolares. Actualmente, el Empire State Building ocupa el lugar. En el nuevo “Waldorf Astoria”, inaugurado en 1931 en Park Avenue, el bistro “Oscar” rinde homenaje al talentoso creador de la ensalada Waldorf.