Excelente restauración en cumbres nevadas
Excelente restauración en cumbres nevadas
El valle de Ziller ofrece media docena de estaciones de esquí y 500 kilómetros de pistas. Un paraíso para los amantes de la nieve profunda y los esquiadores de pistas. Especialmente porque no faltan miradores con acogedoras cabañas y terrazas al sol, además de una excelente restauración, para tentar a los visitantes con un refrigerio después de las sesiones de esquí.
A primera vista, el valle de Ziller es simplemente un gran pasillo a través de laderas boscosas. Se abre camino a través de una ruta de 30 kilómetros en los Altos Alpes austriacos. Sin embargo, en una segunda mirada se pueden apreciar los teleféricos modernos. Parece que las góndolas desaparecen en los bosques cubiertos de nieve y se tiene la impresión de que las estaciones de esquí comienzan en ese punto. Y realmente uno no andaría muy desencaminado. En el mapa de pistas que se facilita con el “Zillertal Superskipass” se aprecia con claridad: media docena de zonas de nieve accesibles se extienden por encima del valle principal y sus ramales. Desde Fügen, a través de Zell am Ziller y Mayrhofen, todo el recorrido hasta Gerlosplatte y la región de glaciares de Hintertux. Un paisaje colosal. Los simples datos son suficientes para entusiasmar a los esquiadores: 506 kilómetros de pistas perfectamente preparadas y 181 remontes. Incluso al esquiador más enérgico y temerario le resultará difícil recorrer todas las pistas en una semana. Por supuesto, no solamente los fanáticos del esquí pueden disfrutar de estos parajes. Este paraíso nevado dispone de dos atracciones para los esquiadores en busca de placeres. Además de unas condiciones de esquí perfectas, el valle de Ziller seduce con sus numerosas cabañas, donde se ofrece una deliciosa comida a los esquiadores hambrientos.
A partir del final del remonte Karspitzbahn 2, en la estación de esquí Zillertal Arena, se desciende por la pista roja hasta llegar al “Enzianhof”, donde se disfruta en primer lugar de las magníficas vistas de las montañas y, a continuación, de los maravillosos bosques cubiertos de nieve.
A una altitud de 1.270 metros, la familia Kerschdorfer vende sus propios productos caseros de ganado bovino Fleckvieh y porcino criado en granjas. En el Felsenkeller, jugosos jamones, gruesas salchichas y panceta ahumada cuelgan del techo. El aroma es suficiente para que a los visitantes se les haga la boca agua. Por supuesto, se les permite probar las especialidades acompañadas de un vaso de licor destilado artesanalmente. En el caso de quedarse con hambre, se puede tomar asiento en el acogedor restaurante y pedir el “plato del carnicero”. Si todavía uno no está lleno, se puede terminar la sabrosa comida con tortitas dulces desmenuzadas.
Un enorme cartel rojo llama la atención desde el Isskogelbahn, contrastando con el blanco del entorno: “Seppi’s”, un lugar donde acudir después de las sesiones de esquí, donde los DJ mezclan sonidos relajantes. Pero no solamente se ofrece buena música, sino también cerveza de barril y cócteles bien mezclados en un ambiente animado. El chef de pizzas lanza la masa del endiabladamente delicioso Diavolo delante del público y el strudel de manzana casero, recién salido del horno, es simplemente divino. El “Kristallhütte”, en la estación de esquí Hochzillertal, consigue ser acogedor y elegante al mismo tiempo. Al visitante se le ofrece una extensa carta de vinos y platos gourmet, ya sean tradicionales, como las albóndigas de espinacas, o más modernos, como el filete de buey alpino con patatas cremosas trufadas, a 2150 metros sobre el nivel del mar.
Ni siquiera es necesario ponerse los esquís para llegar al mejor restaurante del valle de Ziller: “Alexander” está escondido en el “Hotel Lamark”. El chef Alexander Fankhauser cuenta con entusiastas seguidores por su uso creativo de los ingredientes tiroleses tradicionales: las morcillas y las rosquillas de cangrejo de río son deliciosas. Su alta cocina también es exquisita: el rodaballo en una delicada corteza de chapata, por ejemplo. El “Hotel Theresa” es el lugar que se debe visitar si se busca un programa variado de exquisiteces: manjares austriacos y opulentos bufés, menús gourmet y especialidades internacionales. En invierno, el aroma de la comida tailandesa inunda con frecuencia los pasillos, una indicación de que el príncipe heredero de Tailandia y su séquito regresan para disfrutar de unas vacaciones de esquí.
Si se prefiere un alojamiento en la nieve más íntimo y se está en busca de un hotel idílico regentado por una familia y que además cuente con una cocina excelente, merece la pena reservar en el “Jagdschloss Kühtai”, en el valle tirolés Sellrain. El propietario se llama Christian Graf zu Stolberg-Stolberg y es tataranieto del Kaiser Franz Joseph; tanto él como las habitaciones forradas de paneles de madera del hotel exudan el magnífico encanto de los Habsburgo.
Texto: Kiki Baron
Información
Hoteles
Theresa
A-6280 Zell im Zillertal, Tel. +43 5282 228?60
www.theresa.at
Jagdschloss Kühtai
A-6183 Kühtai/Tyrol, Tel. +43 52?39 52?01
www.jagdschloss.at
Restaurantes
Enzianhof
Gerlosberg 23, A-6280 Zell am Ziller, Tel. +43 52?82 22?37
www.enzianhof.eu
Seppi’s
Haus Nr. 307, A-6281 Gerlos, Tel. +43 52?84 54?71
www.seppis.cc
Kristallhütte
A-6272 Kaltenbach, Tel. +43 676 88?63?24?00 (móvil)
www.kristallhuette.at
Alexander
Hotel Lamark, A-6264 Fügenberg, Tel. +43 52?80 225
www.lamark.at