Con tranquilidad y poco ruido, el vino blanco de la zona noroeste de Portugal se ha transformado, pasando de ser un vino modesto para el pueblo a convertiste en la estrella entre los vinos ligeros y refrescantes.
Hasta entrados los años 80, la región vinícola más grande de Portugal, que se extiende desde España hasta el Duero, producía sobre todo vinos tintos ligeros y crémants. Pero las tornas han ido cambiando: aprox. el 85% de los Vinhos Verdes son ahora vinos blancos.
Estos vinos se adaptan mejor al clima, marcado por cordilleras, valles fluviales, el Atlántico con sus altas precipitaciones en invierno y a principios de año (1200 mm de media), y por otro lado con meses secos y cálidos en verano y otoño, una región cubierta por un manto verde de valles y llanuras hasta llegar al mar.
La región de la denominación Vinho Verde se creó oficialmente en 1908, existiendo un sello de garantía ya desde 1959. La DO Vinho Verde abarca actualmente 21.000 hectáreas, 129.000 viñedos, 47 variedades de vid, 25.500 viticultores y 600 embotelladoras, que exportan al año 85 millones de litros de vino a 80 países.
¿Cómo logran crear los viticultores un vino tan ligero y afrutado con una graduación entorno al 11% como es el Vinho Verde? Esto se debe sobre todo a las variedades de vid que utilizan que, incluso estando maduras, conservan un alto nivel de acidez. Muchas de ellas son autóctonas, es decir, sólo crecen en el norte de Portugal.
Otra razón del frescor afrutado es que se evita una fermentación maloláctica, en la que se convierte el ácido málico en ácido láctico y dióxido de carbono y que reduce el nivel ácido del vino.
Así se logra que el Vinho Verde blanco ideal de esta DO sepa a cítricos y manzana verde, sabores a los que se une, en función de la vid utilizada, el aroma de kiwis, maracuya, piña y minerales.
El Vinho Verde DO es una mezcla de diversas variedades, entre otros albariño, arinto, avesso, azal, batoca, loureiro y trajadura. Actualmente el Vinho Verde también se produce a partir de una sola variedad, ej., por ejemplo sólo de Loureiro, o vid de albariño. Se trata generalmente de vinos más complejos, con aromas de fruta exótica, menos ácidos y con más restos de azúcares.